Stay Strong ~ Capítulo 2

Capítulo 2

Estaba delante del libro del libro intentando estudiar, pero era imposible ya que detrás de esa puerta se oían gritos, y puñetazos, y los llantos de los niños. Decidí salir y llevarme a los niños fuera de esa casa. Salí en puntillas, intentando no hacer ruido para que no se fijara en mi, los encontré donde siempre, en el armario los dos abrazados y llorando como magdalenas. Los cogí en brazos pero seguido los tuve que dejar en el suelo, ya que no tenía fuerza para llevarme a los dos. Los tuve que arrastrar hacía la puerta ya que no se levantaban y tenía miedo de que se fijaran en mí, y la “madre” me echará la culpa para que su marido la dejara en paz, y me pegará a mí. Pero no fue así conseguí salir de esa casa sin que se fijaran en mi. No sabía lo que esta vez hizo la mujer para merecer semejantes golpes pero el marido no la dejaba.

Me lleve a los niños a un parque cerca de la casa, y nos sentamos en el suelo. Estaban los dos aturdidos, y pensar que los tenía que dejar a los dos solos cuando yo me fuera se me rompía el corazón, pero tenía pensado una cosa, con Zayn. Íbamos a denunciar al padre por maltrato ya que había sacado fotos y demás y ya tenía bastantes pruebas, pero no quería entrar en ese lio de denuncias y juzgados y eso, porque ya no podría irme, me llevaría algunos cuantos años, así que los dejaría en el buzón de la policía la noche de mi marcha.

Cuando los niños estuvieron ya más relajados se durmieron encima mio, y yo no sería quién los despertará. Así que los deje en el suelo, y me fui a donde la vecina, a quien siempre acudía cuando esto pasaba. Era una solterona, regordeta, ojos azules, bajita, pero era adorable, siempre nos ayudaba, y ella sería quien se quedaría con los niños durante el juicio y todo eso. Ella también sabía lo de mi fuga, y también me había dejado dinero y cosas que me valdrían para el viaje.

Cuando estuve delante de la puerta, toque la puerta, salió con cara de susto a coger a los niños en brazos para meterles en casa. Yo ya había entrado a la casa, cuando ella apareció con los niños en brazos.

-      Mariana esta pasando otra vez.- Dije suspirando, y sentándome en el sillón.

-      Lo sé. Lo he oído, no es difícil hacerlo con los gritos de ella.- Los dejo en su cuarto acostados.- Pobres niños, lo que tienen que sufrir…- Dijo sentándose a mi lado.

-      Lo sé, pero menos mal que te tenemos a ti, Mariana, menos mal.

Ella me abrazo con sus rechonchos brazos, la verdad que entre esos brazos me sentía querida, a salvo, y protegida.

-      Quieres algo?

-      Si me gustaría comer algo, desde ayer que no como, gracias.-Dije sonriéndole.

Desapareció por el pasillo, que llevaba a la cocina, y yo encendí la televisión, solo la podía ver cuando estaba en su casa, que era casi todas las semana, no es que en mi casa no hubiera, es que delante de ella siempre estaba el hombre con él que vivía, enviciado, comiendo patatas, mientras se le caían babas. Era asqueroso, me repugnaba. Solo de recordarle se me revolvían las tripas.

Mariana llego con un palto de sopa, y pan. Tampoco es que ella fuese una persona con dinero, más bien vivía como yo, pero ella o tenía que alimentar a 4 bocas como en la mía, y también cobraba el dinero de jubilación. Aunque tuviese más dinero que mi familia, ella vivía como nosotros, no le gustaban las grandes cosas.

-      Siento, no poder darte más que esto.

-      Ai dios, Mariana demasiado haces acogiéndonos como para que te pida más, ya haces demasiado.

Comí todo lo que en el plato había, una sopa más rica que la de ella, os aseguro que no existe, era muy rica.

-      Rico e?

-      Demasiado, para mí.

-      Quien lo diría, has comido con muchísima ansia.

-      Lo siento, tengo que ir al baño.

Oír esas palabras me hizo sentir culpable, había comido muchísimo, y eso no podía ser entre en el baño, abrí el grifo, y me arrodille delante de la taza.  

Salí del baño, con ese sabor familiar en la boca. Me senté a su lado, como lo había hecho antes. Comenzamos ha hablar de tonterías y demás, y se nos hizo tarde, pero todavía se oían gritos de mi casa, así que decidimos que me quedaría allí, y mañana bastante tardecito cuando ellos, se fuesen a trabajar pasaría a recoger las cosas del instituto.

Dormimos los niños y yo en su cuarto ya que había insistido muchísimo, y ella durmió en la pequeña habitación.

Mi despertador ese día fueron los golpes de los monstruos que se estaban peleando.

-      Eeeh, que hacéis?

No hubo respuesta así que era que estaban jugando, los deje allí, y salí del cuarto.

-      Buenos días, preciosa.

-      Buenos días Mariana.-Dije sonriéndole.

-      Acaba de pasar por aquí vuestro padre.- Le miré confundida, y aterrada.- Me ha dicho que sabía que estabais aquí, y que la vería cara.

-      Pero…- Me estaba poniendo de los nervios, me sentía culpable, y las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas.- Lo siento soy una estúpida, no tendría que haber venido.

-      Shh, calla, tu no tienes la culpa.- Dijo abrazándome

-      Será mejor que nos vayamos, lo siento.

Ella sabía que también era lo mejor así que me dejo marchar con los niños hacía mi casa, sabía que después de pasarse por la casa de la vecina se habría ido a trabajar, así que cogí la mochila y vestí a los niños lo más rápido posible. Me faltaba media hora para llegar a la guardería, y al instituto, así que tenía que correr.

Cogí el carro de la vecina prestada los monte y corrí por las calles con la mochila votando y yo jadeando.

Llegue a la guardería deje el carro en una esquina y la profesora los llevo con mala cara, ya que había llegado tarde. El timbre del instituto habia tocado ya, y el edificio estaba a dos calles, así que tuve que correr muchísimo, según que profesor, me podía poner una falta y eso me bajaría la nota, y no me lo podía permitir. La universidad, me había dejado claro que según lo que sacará esta evaluación, tendría la universidad gratis, y eso me solucionaba la vida, literalmente. Así que corrí con todas mis fuerzas hasta que llegue a mi clase. La profesora, no me dijo nada solo me saludo y me dijo que me sentará y que sacará los libros, y así lo hice.

Las clases transcurrieron muy rápido, ahora solo faltaban dos días y ya nos daban las notas, y se acababa el curso.

Salí de clase y fuera estaba Zayn esperándome con cara de preocupado.

-      Esta mañana donde has estado?

-      Ya sabes, paso otra vez y tuve que ir a casa de Mariana.- Noté como al decir esas palabras su mandíbula se endurecía.

-      Es que no sabes que ganas tengo de matar a ese desgraciado.- Dijo también cerrando los puños. Yo se los agarré y los aflojo.

-      Zayn, solo faltan 12 días, aguantaremos como sea. Tranquilo.

-      Ya, solo 12 días.

En el camino a casa ya notaba como me ponía más nerviosa, y que la adrenalina subía por mis venas. La gente necesita hacer puentin, tirarse por cualquier sitio. Pero yo solo necesitaba vivir, cada día mi vida era un riesgo, cada día yo tenía que intentar no cruzarme con el padre que me acogió hace 6 años, con el que ahora eran mis padres políticos, tenía que intentar que no me pegara.

Y ese día estaba claro que pasaría. Y paso. 
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Os quiero agradecer, lo que habís hecho por mi, os lo agradezco muchisisisisiismo chicaas! :) Espero que os guste y que comentéis, y quiero informaos, que ya tengo muchos personajes asi que no me enviéis más que ya no puedo meter más personas lo siento! Os quiero :3